Se acabó, la FFF ya ha dado un veredicto, unos lo encontrarán lógico y otros no, esos tendrán diez días para apelar la decisión aunque puede que para este caso no sirva de nada.
En la Jornada 4 del campeonato francés se disputó el encuentro ASSE y Juvisy que acabó con 0-2 gracias a los goles de Sandrine Bretigny y Andréa Compper. El caso es que el ASSE se dio cuenta de que estaba disputando el encuentro Camille Catalá pero esta no aparecía en el acta, por lo tanto, estaba jugando de manera ilegal. Antes de ello, en el descanso, el cuerpo técnico de Juvisy solicitó que Catalá apareciera en el papel y el delegado del ASSE aceptó de buena gana que la internacional apareciera por si ocurría algo pudiera estar cubierta. El caso es que el delegado dijo una cosa y luego hizo otra y al ver semejante esperpento el club visitante atacó con lo que podía, Laura Bouillot había jugado y aún no podía hacerlo porque no tenía el transfer desde el Yzeure, su antiguo equipo.
Dos equipos enfrentados, los dos tenían razón pero la Federación Francesa de Fútbol tenía que tomar una decisión.
Por un lado, la licencia de la delantera de ASSE queda cancelada hasta nuevo aviso, hoy no jugará ante Arras y esperemos que esto no se convierta en un culebrón y por el otro lado, el partido se le da por perdido a Juvisy que pierde los cuatro puntos y se le contabilizan tres goles en contra. El ASSE no gana puntos, se queda con el punto de la derrota pero se le descuentan los dos goles recibidos.
Parece mentira que esto suceda en la máxima categoría de una liga de fútbol, pero hay situaciones que nunca dejan de sorprender.
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